Un Federer inspirado gana por fin en París

A la cuarta fue la vencida. Roger Federer acabó el domingo con su mala suerte (o incapacidad de vencer a Nadal) en el Abierto de Francia al derrotar al sueco Robin Söderling por 6-1, 7-6 y 6-4 en la final, obteniendo así su primer título de Roland Garros.

El suizo igualó el récord de Pete Sampras de 14 títulos de grand slam y se convirtió el sexto hombre de la historia en ganar los cuatro "grandes", sellando la victoria en poco menos de dos horas bajo el cielo nublado de París.
"No fue fácil controlar mis emociones", dijo el tenista de 27 años, que perdió contra el número uno del mundo Rafael Nadal en las tres finales anteriores. "Puede que se trate de la mayor victoria de mi carrera".

Söderling, vigesimotercer cabeza de serie, había acabado con el reinado de cuatro años de Nadal sobre la tierra batida de París en cuarta ronda.
"Para mí, es el mejor jugador de la historia", afirmó el sueco sobre Federer.
El suizo, el segundo después de André Agassi en ganar los cuatro títulos de grand slam en superficies diferentes, empezó el partido con confianza y obtuvo una ventaja de 4-0 con dos 'breaks'.
Söderling sumó un juego, pero Federer, que nunca había perdido contra el sueco en sus nueve enfrentamientos anteriores, mantuvo la presión y se hizo con el primer set con el servicio de su rival con una bola cruzada.
BREVE INTERRUPCIÓN
El partido fue interrumpido brevemente por un hombre que entró en la pista con una bandera azul y roja durante el cuarto juego del segundo set. El hombre saltó desde la grada y se acercó a Federer, tocándole con la bandera. Al saltar por encima de la red para dirigirse hacia Söderling, fue reducido por los guardias de seguridad y sacado de la pista.
Federer perdió tres puntos seguidos tras el incidente y Söderling consiguió ponerse a 2-2.
Ambos mantuvieron su servicio hasta llegar a un 'tiebreak', que el número dos del mundo ganó por 7-1 tras hacer cuatro 'aces'.
El suizo rompió el servicio en el primer juego del tercer set cuando su oponente tiró una derecha y ya no pudo darle la vuelta a la situación.
Federer acabó con su espera en el primer punto de partido, cuando Söderling dio a la red al devolver un servicio, momento en el que el suizo se tiró de rodillas al suelo llorando y apoyado por un grito de júbilo de los 15.000 espectadores.